Érika by C. Argenziano

Érika by C. Argenziano

autor:C. Argenziano
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Terror, Erótico
publicado: 2015-11-30T23:00:00+00:00


IX. Tricya

Había aprendido a moverse entre los dos lados con gran soltura. Y era divertido. Pensó en cómo una simple decisión, la de guardar rencor o no a otra persona, había configurado a dos personas bien distintas. La Tricya auténtica era malhablada, brusca y hostil. Y lo era con todo el mundo, no sólo con ella. La del otro lado, dulce y compasiva. Efectivamente, tal y como le dijo Cooper, las decisiones que tomamos en la vida nos van construyendo como personas.

Volvió a cruzar al otro lado con el objetivo de decirle exactamente las mismas palabras a Tricya, para ver su reacción.

-Ahora la observadora soy yo. Pienso estudiar a cada personaje. -Se dijo a sí misma mientras el puente se acercaba cada vez más.

Al cruzar se detuvo en el improvisado grafittie con piedra que había realizado el día anterior. Habían añadido una frase: "Siempre me decías que me parecía a Kelly Lebrock". Érika se rió ruidosamente. Ahora existía complicidad, ambas sabían quién era la persona que había escrito cada mensaje. Se dirigió de nuevo a Moody's, que estaba prácticamente vacío a excepción de un cincuentón que se hallaba ajeno a todo viendo la tv al fondo de la cafetería.

-Hola Tricya, un café solo. -Dijo ante la sonrisa de ésta.

Ella sonrió, la miró y le guiñó un ojo.

-Fue divertido lo que escribiste. Lo vi cuando fui al lago.

-Aún te acuerdas de cuando te llamaba Kelly, jajaja. -Se rió.

-Me gustaba que lo hicieras. Me estabas llamando guapa.

-Aún te pareces.

-Gracias, eres un encanto.

-¿Quieres venir luego a mi casa?.

-Bueno, salgo bastante tarde, como a las doce.

-Te invitaré a chocolate caliente del que te encanta -Insistió Érika. Como en el funeral me lo dijiste, he comprado un poco.

-De acuerdo, pero sólo media hora.

-¿Quieres hacer el amor, Tricya?. A mí me encantaría hacértelo. -Le susurró.

El saber que aquel lado era una parte inocua de nuestro universo proporcionaba ciertas ventajas a la hora de tomar decisiones.

-Sí. -Dijo ella secamente, como quien esperaba esa pregunta desde hacía una eternidad.

-Entonces será más de media hora.

Se despidió de Tricya dándole un fugaz beso en los labios, tras asegurarse de que aquel cincuentón no miraba, y se marchó a prepararlo todo en casa. Esa noche la pasión corrió como agua de cascada, como un imponente torrente imposible de detener. Fumaron marihuana y dieron rienda suelta a mil y una fantasías.

Érika pensó por un momento en que podía intentar aprovechar la situación. Declararle sus sentimientos a Amanda en el mundo real, y disfrutar con Tricya en éste. Comenzaba a corromperse sin darse cuenta; el propio poder la corrompía. Y sólo era el principio.

Disponía de un juguete que le proporcionaba la oportunidad de tomar el poder por asalto, y no pretendía desaprovecharlo. Si nada de lo que hiciese a ese lado quedaba, ¿por qué no hacerlo jugar a su favor?.

Esa noche cruzó el puente sin apenas darse cuenta. Se había convertido en un hábito. Traspasar la línea nunca había sido tan fácil ni tan seguro. Es lo que tiene jugar a dos bandas en la vida.



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